Los viajes sirven para cambiar el agua de la pecera.
Julio Cortázar

martes, 8 de noviembre de 2011

Mallorca (Noviembre 2011)


Palma de Mallorca, mejor dicho. Estuve en la más grande y conocida ciudad de la isla de Mallorca para ver (otra vez) al más grande equipo de Andalucía, pero eso no interesa aquí. A este blog vengo a hablar de la tremenda lluvia que azotó la ciudad y por extensión, deslució mi visita. Aún viéndola borrosa tras la cortina de agua, Mallorca me gustó. Y más me gustaría si tuviera un buen fajo de billetes en el bolsillo, pero no. Tampoco me hizo falta estar en un reservado de una discoteca cara para saber que por allí hay ambientillo cuando cae la noche. Se nota y se siente, la noche mallorquina siempre está presente. Una vez comentado eso, podríamos seguir diciendo que el alejado estadio no tiene mucha cosa que ver, puesto que no vale como estadio (al tener pistas de atletismo entre grada y césped) y por fuera tampoco es demasiado bonito. Moderno, eso si. Y ya pues del centro pues ni siquiera nombrarlo, puesto que la lluvia me echó para atrás de visitarlo. Espero volver y ver el barrio gótico y la Catedral, teóricamente el punto más bello de la ciudad en competición con el lujoso muestrario que alberga el puerto mallorquín, sitio mítico de regatas.
Eso por un lado. Hablemos de la gente. Los mallorquines parecen catalanes que hablan español con dificultad. No parecen malas personas y se mezclan con la inmigración que es variopinta. Bueno, hay poco que añadir. Vayan a Mallorca y procuren hacerlo en verano, o eso pienso hacer yo si vuelvo.

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