Los viajes sirven para cambiar el agua de la pecera.
Julio Cortázar

viernes, 8 de junio de 2012

Barcelona (Mayo 2012)

Era normal que volviera a Barcelona tarde o temprano. 13 años han pasado y las sensaciones muy parecidas. Buena señal, en este caso. La ciudad condal sigue casi intacta. Otra cosa es sus gentes, que empiezan a tomar un tono marrón por culpa de la inmigración que abarrota, por ejemplo, La Rambla y sus alrededores. Lugar, que por cierto, hizo de alojamiento de mi persona y mi acompañante. Quizás sea lo que más me impacto junto con el coche antiguo americano que preside el HRC de la ciudad. Bueno, y si nos extendemos geográficamente y vamos al grano, debo mencionar el pueblerino y moderno estadio del Espanyol. Que al fin y al cabo, era el prota de esta aventura fugaz de menos de 24 horas que nos llevó y nos trajo. Sé que volveré. No cambies Barcelona.

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